Introducción: el Fondo Medieval
En el Archivo Municipal de Cáceres, situado en el Palacio de la Isla, tiene varios proyectos de digitalización de sus documentos, en especial el Fondo Medieval que compone el Libro Becerro (toda la Caja 1) y las cajas 2, 3 y 4.
El Libro Becerro es una joya documental muy importante en el patrimonio archivístico de la ciudad de Cáceres y uno de los muchos que custodia el Archivo Histórico Municipal. Se trata de un códice, formado a principios del siglo XVI y que contiene copias de la documentación anterior a este siglo.
Además, recopila una serie de documentos de mayor relieve en la historia general de la villa desde la Edad Media, conteniendo documentos datados entre el siglo XIII hasta principios del XVI.
La segunda caja contiene documentos de 1258 hasta 1393. La mayoría de sus expedientes son cartas abiertas, cartas de venta, privilegios, privilegios rodados, cartas plomadas y actas; fueron escritos en soporte de pergamino, el soporte principal de la época medieval.
La caja tres abarca desde principio del siglo XV, en concreto 1402, hasta 1489, con actas de juramento muy pocos privilegios rodados, reales provisiones, cartas, algún que otro traslado, alguna carta o escritura de venta y más documentos sueltos, con el papel como soporte principal, destronando de esta manera al pergamino.
La caja cuatro va de 1490 hasta 1499, incluyendo un texto posterior al siglo XVI (1535) procedente del Valle del Roncal (Navarra). Las Reales Provisiones son las imperantes en esta caja además de un par de vecindades, cartas, actas de requerimiento y alguna sobrecarta, siendo el papel como soporte principal, a excepción del documento de Navarra que es en pergamino.
La figura del escribano e importantes escribanos durante el reinado de los Reyes Católicos
La función del escribano era de funcionariado y notariado, y participaban en las administraciones como maestros de pluma, siendo muy esenciales al ser nuevas esas clases y bastante importantes, incluso como autoridad.
La mayoría de los escribanos, en los siglos XVI y XVII, tenía que fabricar sus enseres con diferentes materiales, como el instrumento y la tinta. El papel no tenía una provisión fácil, pero podía variar su calidad, dependiendo de sus recursos materiales y de los recursos de aprovechamiento.
El instrumento principal del escribano era el cálamo, la péñola o la pluma. Tenían una operación especial para su fabricación y templarlo: desbarbarlas, limpiarlas, cortarlas por los lados en forma de horquilla y darles un corte en medio, llamado crena. La tinta tenía unos ingredientes específicos, como era el agua, nuez de agalla, alumbre y goma arábiga, teniendo cuidado en su conservación, filtrado y temperatura por sus tinteros, si eran de cuerno o de plomo.
Con estos objetos en sus manos, los escribanos debían escribir, siguiendo trazos marcados en una lámina sutil, con buenos y seguros trazos, proporción en las partes de la letra, correcta distancia entre ellas y rectitud en su alineamiento. La mano del escribano debía tomar la punta con el pulgar y el índice, asentándola sobre el corazón, para hacer bien los movimientos, a manera de freno y de empuje los otros dos dedos, siguiendo la manera que escribían en la corte romana.
La posición del cuerpo del escribano debía ser recta, con el papel perpendicular al borde de la mesa y el brazo apoyado en ella. El instrumento debe apoyarse un poco ladeada sobre el papel, mirando cada lengüenta de la punta y manteniendo la pluma firme y sin retorcerla entre los dedos[1].
En la Corona de Castilla, durante el reinado de los Reyes Católicos, muchos escribanos fueron secretarios del rey o de la reina o de ambos reyes, e incluso del príncipe de Asturias. Desgraciadamente, no hay mucha información de la mayoría de estos escribanos participantes en la corte de los Reyes, aunque hay dos escribanos conocidos que, a pesar de no encontrar datos de su vida, sí hay datos relacionados con sus carreras profesionales, como son las figuras de Alfonso (o Alonso) del Mármol y de Gaspar de Gricio.
Alfonso o Alonso del Mármol
Fue secretario y primer escribano de cámara, durante buena parte del reinado de los Reyes Católicos, entre 1478 y 1508, año de su muerte.
Desarrolló importantes trabajos, como la redacción de las ordenanzas del Consejo Real, y también a los juicios de residencia a los corregidores. Más adelante, fue regidor, en 1490 en el Concejo de Madrid
Gaspar de Gricio
Se dice que era hermano de Beatriz Galindo “La Latina”, lo cual hizo que entrase en la corte de los Reyes Católicos. La reina Isabel le eligió como secretario de su hijo don Juan, el príncipe de Asturias, con el propósito para que el príncipe adoptara dotes para dirigir el reino.
Más que secretario fue un maestro para don Juan en su educación, dentro de esta existían maestros para distintas disciplinas tanto en las letras como en el arte de las armas.
Cuando murió el príncipe el cuatro de octubre de 1497, la reina lo nombró como su secretario el dieciséis de noviembre del mismo año. A partir de ese momento, gozó de gran prestigio en sus últimos años, encomendándole a Gricio las cuestiones de las Indias para que los reyes las pudieran ver personalmente. En una Real Cédula de 1504, se le da el título y cargo de “Ministro de las Indias”[2].
Tipología documental
En el Fondo Medieval del Archivo Histórico Municipal, podemos encontrar múltiples tipos de documentación, bastante variada, en cuestión a lo descrito en cada una de ellas. Son las siguientes:
- Traslado: Son documentos que trata de copiar un texto antiguo, para suplir al original, y son autorizadas por fe notarial.
- Cartas de compra venta: Escritos que tratan de la venta de cierta propiedad al destinatario principal, con sus clausulas.
- Privilegio rodado: Documento soberano, mantiene la escritura de privilegios, gozando de gran prestigio durante mucho tiempo. Suele tener mucha ornamentación, sobretodo en el centro de este tipo de documentos, con elementos heráldicos. Durante la dinastía de los Trastámara, su ornamentación aumenta, con mayor número de colores, y con una mayor afirmación al poder real.
- Carta plomada: Documentos con sello de plomo, suelen tener una caligrafía muy cuidada y redonda.
- Carta abierta: Parecidas a las plomadas, lo único depende del sello, siendo este muy deteriorado al ser de cera.
- Real provisión: Es el más utilizado en la cancillería castellana, son de papel y tienen sello de placa. Llevan las firmas autógrafas del rey y de sus funcionarios.
- Sobrecarta: Es una provisión real, con una exposición que alude a un documento anterior, para reiterar el cumplimiento del mismo.
- Real Cédula: Escrito que se usa para dar órdenes a organismos, siendo un documento muy simple.
Escritura documental
En estos documentos, podemos encontrar además diferentes tipos de escritura, dependiendo de la época que se encontraba cada documento, como son:
- La escritura gótica es la influencia de la escritura carolina, con su esplendor entre 1150 y 1500, y se caracteriza por un trazo quebrado, contraste entre trazos gruesos (horizontales y verticales) y finos (oblicuos), por el corte de la punta, que está biselada a la izquierda; también por la geometría en sus formas y armonía en las curvas y ángulos y con tendencia a la verticalidad. Aparece durante el reinado de Alfonso X el Sabio, y los humanistas la llaman así por ser una letra bárbara y muy difícil de leer.
- La escritura precortesana comienza en torno a 1325, situando su uso entre 1350 y 1425, siendo una transición entre la letra albalá y la cortesana, sin rasgos definidos, compartiendo características de ambas letras, como la tendencia a una letra más redondeada, aumento del nexo entre las palabras y, sobretodo, la eliminación de duplicar las letras s y f, característica principal de la albalá.
- La escritura cortesana se forma entre principios del siglo XV hasta mediados, y se convierte en la única escritura usada en Castilla, sobretodo en la cancillería, códices y documentos privados, desapareciendo a principios del siglo XVI. Se trata de una letra apretada, fijando un número de líneas de un escrito y el número de letras de un renglón. Su característica más importante es la mala separación de las palabras, con buena abundancia de ligaduras y deformando morfológicamente, con un contraste del cuerpo de la letra con rasgos ascendentes y descendentes.
[1] CORTÉS, V, “La escritura y lo escrito: Paleografía y diplomática de España y América en los siglos XVI y XVII”. Ediciones Cultura Hispánica: Instituto de Cooperación Iberoamericana. 1986.
[2] PRIETO BANCES, R. “Obra Escrita, Tomo 1”. Universidad de Oviedo: Secretariado de Publicaciones. 1976
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