Documento del mes 2017 – OCTUBRE –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

LIBRO DE SEPULCROS TEMPORALES. CEMENTERIO DE CÁCERES. 1844

 

Aunque el actual cementerio municipal de Cáceres se empezó a utilizar como tal en 1843, no será hasta 1844 cuando se empiezan a dar los primeros pasos, para que el nuevo recinto cumpla con las funciones sanitarias y rituales para las que había sido construido. Aunque aún no se había construido la capilla, si se habían construido una serie de sepulcros temporales, renovados cada 4 años, para que pudiesen ser depositados los restos mortales de aquellas personas que estaban pendientes de un sepulcro perpetuo.

Los sepulcros temporales eran escasos lo cual hace que en 1855 , apenas 10 años desde su inauguración, estuviesen completos todos los cuarteles del nuevo cementerio, debido en parte a que, una vez depositado el cadáver, había que esperar los 4 años pertinentes para poder abrirlo de nuevo y enterrar a otro cadáver, principalmente de  escendientes del finado.

Para controlar el uso de los enterramientos temporales, se crean libros donde se registran los nuevos cadáveres y el lugar de enterramiento, así como el nombre del enterrado, quién paga el sepulcro y cuánto paga, así como quienes son los que sucesivamente se van incorporando al nicho en cuestión. Otras veces se añade la profesión del difunto y si estaba exento de pago, en función de pertenecer a alguna familia benefactora del propio cementerio o al clero.

El presente documento es el libro de registro de enterramientos más antiguo que conservamos en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres. Lo hemos dejado abierto por la página donde se da cuenta del enterramiento de Lucas Burgos, el primer impresor que hubo en la ciudad, fallecido el 5 de octubre de 1846 por cuyo sepulcro pago su viuda la cantidad de 60 reales. Fue renovada la tumba por sus herederos en 1851 y al año siguiente, sería depositado
el cadáver de Agustina Cabrerizo, su esposa. El sepulcro quedaría libre en 1859 que pasó a ser ocupado por Alonso Román.

Los libros de enterramiento del cementerio, nos aportan numerosos datos de las personas que fueron enterradas en el cementerio municipal de Cáceres, desde el siglo XIX hasta el tiempo presente.

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