Documento del mes 2012 – OCTUBRE –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

REGISTRO DE PRECIOS DIARIOS DE LOS PRINCIPALES ARTÍCULOS DE SUBSISTENCIA. FEBRERO, 1865

El mercado público era aquel que se desarrollaba en la plaza Mayor, su inspección la establecía el propio ayuntamiento que era el que velaba para que los precios de los artículos considerados de primera necesidad estuvieran controlados. Para ello se realizaban registros diarios a través de los cuales, no solamente, aparecen cuales eran esos artículos de subsistencia sino también la oscilación, a veces diaria, que dichos productos tenían en el mercado local.

Los productos se fragmentaban en cereales, caldos, carnes, cecina y artículos varios en los que se incluían el arroz, las alubias, las patatas, el pan o la leña. Todos ellos, productos básicos en la alimentación de los vecinos. Por ello,  se establecía un precio mínimo y un precio máximo que era la oscilación diaria que tenían estos productos.

El presente documento corresponde a los precios diarios de Febrero de 1865, cuando la ciudad tiene poco más de 13. 000 habitantes. Un documento que nos aproxima a la base de la alimentación  en la capital y los precios que correspondían. Podemos observar como las unidades de venta se establecen en fanegas, libras o arrobas, según el artículo pertinente. El género más caro es la arroba de aguardiente que valía 84 reales, al que siguen, en precio, la arroba de aceite a 48 reales, la de vino a 40 reales y la fanega de trigo o de arroz a 30 reales.  En cuanto a los productos más baratos encontramos el pan a 1 real la pieza o la carne de cabra o de carnero en torno a 2 reales la libra.

En cada página del registro de precios se incluía el informe de consumos de las reses degolladas en el matadero municipal así como la cantidad de cereales que, a diario, se inscribían para su venta en la ciudad.  Todo ello estaba supervisado por el encargado del mercado que pasaba los datos al alcalde a través del Celador mayor de la policía urbana de la ciudad. En definitiva un documento que nos relaciona con el pasado de la ciudad y sus peculiaridades, en este caso mercantiles y alimenticias.

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