La categoría del documento del mes, contiene todos los documentos del mes que son expuestos por el Archivo Histórico Municipal de Cáceres con el se hace referencia a los diferentes acontecimientos acaecidos en el municipio de Cáceres desde que hay constancia, tanto de la vida social, política o económica de la ciudad.

Documento del mes 2017 – NOVIEMBRE –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

TARIFARIO POSTAL. 1717

El desarrollo del servicio postal, tal y como lo hemos conocido durante siglos, se inicia en 1717, con posterioridad al nombramiento, un año antes, de Juan Tomás de Goyeneche como Juez Superintendente y administrador General de las Estafetas por parte de Felipe V, desde este momento el servicio de Correos se convierte en responsabilidad del Estado. Este hecho va a propiciar que se publiquen los primeros tarifarios que incluyen los gastos que ocasionaba el envío de una carta a cualquier punto de las tierras de la Corona. Por ello es de destacar que en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres se conserve uno de los pocos tarifarios que existen en España, de los cuales no llegan a una docena en todo el territorio nacional.

Hemos querido que este documento se exponga con motivo de la XVIII Exposición Filatélica de Cáceres (del 22 de noviembre al 4 de diciembre) organizada por la Asociación Cultural Filatélica y Numismática Cacereña, una asociación que desde hace décadas se dedica a promover todo tipo de actividades para que el mundo postal no pase al olvido, en unos tiempos donde las nuevas tecnologías de la información han convertido a las viejas cartas selladas en objetos de coleccionismo.

El presente documento contiene las tarifas, existentes en 1734, que se dividían en: cartas sencillas, cartas dobles y onza de paquete. Según la categoría aumentaba el gasto de maravedíes que se debía pagar por ello. Como se puede observar en el documento las regiones postales se dividían en diez apartados, desde Cataluña hasta Mallorca e Ibiza, o ambas Castillas. La tarifa más cara correspondía a las islas y la más barata a las caxas y lugares de Extremadura.

En tiempos posteriores a los tarifarios postales surgieron los sellos en 1850 como tarifa para el pago de los portes, con lo cual cambiaría el sistema de tasas postales. Con anterioridad, en 1756 se había creado el oficio de cartero y en 1762 se empiezan a instalar los primeros buzones públicos para depositar las cartas. Pequeños apuntes de la historia postal española que podemos conocer a partir de nuestro documento del mes.

Documento del mes 2017 – OCTUBRE –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

LIBRO DE SEPULCROS TEMPORALES. CEMENTERIO DE CÁCERES. 1844

 

Aunque el actual cementerio municipal de Cáceres se empezó a utilizar como tal en 1843, no será hasta 1844 cuando se empiezan a dar los primeros pasos, para que el nuevo recinto cumpla con las funciones sanitarias y rituales para las que había sido construido. Aunque aún no se había construido la capilla, si se habían construido una serie de sepulcros temporales, renovados cada 4 años, para que pudiesen ser depositados los restos mortales de aquellas personas que estaban pendientes de un sepulcro perpetuo.

Los sepulcros temporales eran escasos lo cual hace que en 1855 , apenas 10 años desde su inauguración, estuviesen completos todos los cuarteles del nuevo cementerio, debido en parte a que, una vez depositado el cadáver, había que esperar los 4 años pertinentes para poder abrirlo de nuevo y enterrar a otro cadáver, principalmente de  escendientes del finado.

Para controlar el uso de los enterramientos temporales, se crean libros donde se registran los nuevos cadáveres y el lugar de enterramiento, así como el nombre del enterrado, quién paga el sepulcro y cuánto paga, así como quienes son los que sucesivamente se van incorporando al nicho en cuestión. Otras veces se añade la profesión del difunto y si estaba exento de pago, en función de pertenecer a alguna familia benefactora del propio cementerio o al clero.

El presente documento es el libro de registro de enterramientos más antiguo que conservamos en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres. Lo hemos dejado abierto por la página donde se da cuenta del enterramiento de Lucas Burgos, el primer impresor que hubo en la ciudad, fallecido el 5 de octubre de 1846 por cuyo sepulcro pago su viuda la cantidad de 60 reales. Fue renovada la tumba por sus herederos en 1851 y al año siguiente, sería depositado
el cadáver de Agustina Cabrerizo, su esposa. El sepulcro quedaría libre en 1859 que pasó a ser ocupado por Alonso Román.

Los libros de enterramiento del cementerio, nos aportan numerosos datos de las personas que fueron enterradas en el cementerio municipal de Cáceres, desde el siglo XIX hasta el tiempo presente.

Documento del mes 2017 – SEPTIEMBRE –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

PLANO RIBERA DEL MARCO. 1929

 

Si bien es cierto que la Ribera del Marco es la única corriente de agua cercana a la ciudad de Cáceres, también es cierto que durante siglos fue el desagüe natural utilizado por la ciudad para depositar las aguas residuales, tanto las generadas por la población como las aportadas por las industrias de la ribera, especialmente las tenerías. En la medida que aumentaba la población, principalmente desde inicios del siglo XX, mayor era el nivel de suciedad del lecho y más riesgo se producía en lo relativo a infecciones derivadas del uso de las aguas residuales para el riego de las huertas, especialmente en verano.

En 1929, el arquitecto municipal Ángel Pérez, presenta un proyecto para la canalización y embalses en la Ribera, que había de servir para sanear su cauce y a la vez poder ampliar las zonas de cultivo. Junto al arroyo se instalaría un colector que, al menos en la zona urbana de la ribera, recibiera las aguas residuales que volverían al cauce una vez superado el casco urbano. El proyecto no llegó a ejecutarse a pesar que volvería a estudiarse en 1932 y en 1936, unos meses antes del inicio de la Guerra Civil que interrumpió la posibilidad de sanear la ribera cacereña con un colector para aguas fecales.

El presente documento es el plano  realizado en 1929, para desarrollar el proyecto de canalización y drenaje del arroyo del Marco, en él se pueden apreciar las huertas y sus propietarios, los lugares donde se ubican tanto tenerías o molinos, como fuentes, puentes y pesqueras que escoltan la ribera en su recorrido urbano, desde los pilares de San Francisco hasta antes de llegar al puente de la carretera de Trujillo. Un documento cartográfico que nos permite conocer los contenidos de un espacio que, desde la antigüedad, ha estado presente en la evolución de Cáceres y de sus gentes.

Documento del mes 2017 – AGOSTO –

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PLANOS MERCADO ABASTOS. 1927

 

Los mercados de abastos concentraban gran parte de la vida comercial de las ciudades, era una manera higiénica de ofrecer los productos de diario a los vecinos. El camino para la consecución del primer mercado de abastos que tuvo Cáceres fue largo y sinuoso, no exento de conflictos y problemas desde los primeros intentos que se producen a mediados del siglo XIX, cuando se intenta utilizar el solar del desaparecido convento de la Concepción para ubicar un mercado de abastos que diese lustre a la ciudad.  En 1883 se vuelve a retomar la idea de construcción de un mercado de abastos en la Plaza de San Juan, para le que se llega incluso a realizar un plano del nuevo edificio, tampoco sale adelante. En 1914 se inicia un proceso de permuta entre el antiguo convento de Santo Domingo y el denominado mercadillo, establecido en el Foro de los Balbos para la venta de carne, pescado, huevos y aves, para la construcción de un moderno y necesario mercado de abastos en el viejo convento dominico, tampoco llegó a fructificar la idea. Por fin a finales de 1927 el pleno del ayuntamiento aprobó la construcción de un mercado de abastos en el solar del antiguo mercadillo, un corralón tapiado, entre el edificio consistorial y la muralla, donde se ubicaban las casillas de madera.

El nuevo mercado de abastos se realizará en base al plano presentado por el arquitecto municipal Ángel Pérez, aunque previamente el ayuntamiento tuvo que salvar una serie de dificultades relativas a la negativa de la Comisión Provincial de Monumentos a la construcción del nuevo mercado, a causa del derribo de parte de la muralla para su edificación. Este problema retrasaría el inicio de las obras hasta 1930.

Para construir el nuevo mercado se pide un préstamo, a la Caja de Previsión Social de  Cáceres, de 356.583 pts. a pagar en 10 años al 5% de interés. El préstamo se amortizaría con la subida de un 10% en la contribución urbana e industrial de todos los cacereños.

El 1 de noviembre de 1931 se inauguraba el nuevo mercado en un edificio moderno y funcional en el que la carne, el pescado, las verduras y los huevos  se ofrecían  al consumidor en un espacio controlado sanitariamente por el ayuntamiento.

El mercado de abastos, en su nuevo edificio modernista y diferente, estaría activo hasta su demolición en 1970, cuando sería derribado para despejar su solar, adosado a la muralla, que ocupaba gran parte de uno de los costados de la Plaza Mayor. Hoy ese solar lo ocupa el denominado Foro de los Balbos.

Documento del mes 2017 – JULIO –

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COLONIAS ESCOLARES. 1933

 

Las Colonias Escolares llegarían a España de la mano de la Institución Libre de Enseñanza, creada por el pedagogo Francisco Giner de los Ríos, para dotar a los niños más pobres de las escuelas públicas de una formación integral, donde las actividades extraescolares ocupaban un importante lugar.

Durante los años de la II República(1931-1936) las Colonias Escolares vivirían su mejor etapa  con la colaboración directa, tanto del Estado como de los ayuntamientos, para que los escolares más desfavorecidos participasen en una experiencia que proporcionaba unas vacaciones de un mes para aquellos alumnos seleccionados de entre los que asistían a las diferentes escuelas que había en la ciudad.

En Cáceres se organizan distintas colonias desde el verano de 1931 hasta el de 1935, en el año 1936, debido a la guerra, dejan de realizarse y en consecuencia los niños y niñas de la ciudad perderían sus posibilidades de acceso a una actividad que promovía desde una correcta alimentación, hasta la posibilidad de recibir “baños de mar” en la localidad portuguesa de Figueira da Foz,  todo ello aderezado con visitas culturales, actividades deportivas o sesiones de cine, actividades formativas y a la vez lúdicas que trataban de incidir en la formación humana e intelectual de los participantes.

El actual documento que exponemos al público, es la lista de los participantes en las Colonias Escolares de 1933, así como la relación de prendas que cada niño/a debe llevar como equipaje personal y la ficha que se completa de cada participante donde figuran datos tanto familiares como antropométricos o de carácter médico. Uno de los principales objetivos de las colonias era incidir en la salud y hábitos de los escolares que en muchos casos no recibían en sus hogares la mejor alimentación y trato sanitario.

En 1933 asisten a la colonia, organizada desde el ayuntamiento cacereño, un total de 80 alumnos, acompañados de 6 maestros que serán los que coordinen todas las actividades a realizar en Figueira da Foz durante todo el mes de agosto. Una experiencia que acompañaría a los niños/as durante gran parte de su vida, como una actividad que les permitió conocer el  mar y aprender de manera lúdica cuestiones que se escapaban a  la escuela tradicional.

Documento del mes 2017 – JUNIO –

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CONDICIONES QUE HAN DE TENER LOS HIDALGOS PARA SERVIR EN EL BATALLON DE CABALLERÍA DE LAS ÓRDENES. 1692

 

La incorporación de vecinos hidalgos a los batallones de caballería propios de las Ordenes Militares se inicia en el siglo XVII para paliar la necesidad de efectivos militares en las nuevas unidades que bajo el patrocinio de estas viejas organizaciones religioso-castrense colaboraban en lo conflictos bélicos de la corona, por lo cual se decide que aparte de los comendadores y caballeros con hábito de las ordenes de Santiago, Calatrava y Alcántara, se puedan agregar también ciudadanos hidalgos, aunque estos deberían cumplir con una serie de requisitos que les permitiese desempeñar cargo militar.

El presente documento, fechado en 1692 contiene las normas que deben cumplir los hidalgos para su incorporación a la caballería. En primer lugar  deben ser hijos legítimos y de legítimo matrimonio o procreados  o hijos naturales de solteros y han de estar incluidos en el censo de hidalgos, por lo que deben ser descendientes de “Cristianos viejos” como todo buen hidalgo que se precie y desee incorporarse al servicio de las armas.

Los hidalgos que deseen incorporarse al ejercito han de cumplir con un interrogatorio, a manera de examen, donde deben aportar datos como la edad, la naturaleza o el estado civil, asimismo deben declarar en caso de ser hijos bastardos, cual es el género de la bastardía. Siempre que sean cristianos viejos y tengan pureza de sangre pueden servir en la caballería.

Todas estas condiciones eran necesarias para filtrar el acceso a la milicia a los hijos de la nobleza que no hubiesen desempeñado anteriormente ningún oficio indecente o mecánico, como les estaba prohibido a los hidalgos. De esta manera se promovía la integración de segundones y de hidalgos pobres al ejército.

Documento del mes 2017 – MAYO –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

PROGRAMA DE FERIAS DE SAN FERNANDO. 1917

 

Los documentos históricos nos permiten volver la vista hacia el pasado para conocer como era la vida en otros tiempos. El Cáceres de 1917 poco tenía que ver con la ciudad actual. Sus retos eran otros y se materializaban de diferentes maneras, una de ellas eran las actividades lúdicas y comerciales. Era el caso de las ferias y fiestas que desde 1896 se venían celebrando con motivo de la festividad de San Fernando.

En 1917, hace justamente un siglo, Cáceres era una ciudad de poco más de 20.000 habitantes, que vivía con expectación los cambios que se producían en un mundo que, en esos momentos, estaba protagonizado por la I Guerra Mundial y las consecuencias políticas y económicas que este conflicto generaba en toda Europa. Al margen de esta situación, se daban los primeros pasos en el desarrollo de ciertos medios de transporte, como el aéreo o el terrestre, con el desarrollo tanto del avión como del automóvil. Elementos que en un futuro cercano influirían en el cambio de hábitos y mentalidades de los cacereños de la época.

El presente documento es el programa que presenta el Ayuntamiento para celebrar las ferias de la ciudad, unas fiestas con un doble contenido; por una parte la concentración ganadera que acompañaba a toda feria y por otra, el
desarrollo de actividades lúdicas y comerciales que pretendían activar la economía local durante los días de feria.

Las ferias de 1917 se celebraron del 28 de mayo al 1 de junio, con tres espacios para llevar a cabo esta actividad. La
concentración ganadera se celebraba en el Rodeo, un espacio adquirido exclusivamente para la transacción de
las miles de cabezas que asistían a la feria. Los puestos de turrón, juguetes o baratijas se ubicaban en la Plaza Mayor,
donde acudían feriantes de toda España y por último estaba la plaza de San Juan donde se montaban los caballitos
o el circo. Estos espacios se complementaban con la plaza de toros donde se celebraban los espectáculos taurinos.

Esas ferias añejas de cohetes y elevación de globos y fantoches, de cucañas y fuegos artificiales, son el antecedente
de las actuales fiestas de San Fernando que, cada primavera , inundan la ciudad de gentes con ganas de vivir unos
días de asueto y ocio festivo, como los cacereños de 1917.

Documento del mes 2017 – ABRIL –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

HOSPITALES, COFRADÍAS, HERMANDADES Y OBRAS PÍAS EN EL CÁCERES DE 1798

En septiembre de 1798, durante el reinado de Carlos IV,  se decreta la primera de las desamortizaciones que habían de tener lugar entre finales del siglo XVIII y parte del siglo XIX. Esta desamortización afectaba a las instituciones benéficas de la Iglesia como eran los hospitales, las cofradías o las obras pías, eran las consideradas manos muertas. El motivo de la desamortización era compensar el déficit público de una Hacienda Real que debía hacer frente a las diferentes guerras que habían causado la bancarrota de la corona. Para ello se solicita a todos los concejos del reino el envío de una relación de los bienes de las instituciones religiosas que operan en cada lugar para saber las rentas que tiene y el valor de ellas.

El presente documento es la relación que realiza el concejo cacereño en Octubre de 1798, al mes de haberse publicado el decreto de desamortización. En el listado que se realiza para Cáceres contiene los nombres de las diferentes cofradías, Obras Pías y hospitales que existen  en la ciudad en ese momento. En total cinco hospitales entre los que destacan las rentas del llamado Hospital de la Piedad cuyo patrimonio supera los 20.000 reales y las del hospital del Sancti Espíritu con una renta superior a los 8.000 reales. Las cofradías y hermandades suman un número de 28, entre las que destacan por su renta las de la Santa Veracruz, Nuestra Señora del Rosario o el Santísimo Cristo de Santa María, “con buenas rentas”,como figura en el documento. Por su parte las denominadas Obras Pías suman un total de 16 y se corresponde con los patrimonios y rentas de hidalgos locales que por decisión testamentaria deciden dedicar su patrimonio para obras sociales.

Como se indica en el documento, las rentas de las instituciones de la iglesia  consisten en partidas de yerbas en varias dehesas así como casas, huertas, parte de molinos y otras propiedades que una vez vendidos pueden suponer algunos millones de reales, según el ayuntamiento cacereño.

Documento del mes 2017 – MARZO –

El Archivo Histórico Municipal de Cáceres muestra El Documento del Mes, documento expuesto y comentado de algunos de los numerosos documentos guardados en el Archivo Histórico Municipal de Cáceres:

TÍTULO DE BARBERO SANGRADOR FLEBOTOMIANO. 1699

El presente documento es un título legal de barbero sangrador que presenta en la villa de Cáceres el vecino de Arroyo del Puerco Miguel García Trejo en 1699, después de haber superado las distintas pruebas que le facultaban para el ejercicio de su oficio en cualquier territorio de la Corona. El ejercicio de barberos y sangradores era controlado por el Protomedicato, institución que regulaba las funciones de médicos y cirujanos , pero cuyas competencias se extendían a otros oficios como ensalmadores, boticarios, especieros o herbolarios.

Los sangradores flebotomianos eran examinados por el  Protobarbeirato, que era la institución que vigilaba para que sólo ejercieran aquellos profesionales que eran examinados por los barberos mayores. Se refería a aquellos barberos que pusieran tienda para sajar, a quienes se autorizaba para sacar dientes y muelas, sangrar y poner ventosas y sanguijuelas, mientras que no se entrometían en el oficio de los que sólo ponían tienda de afeitar y cortar el pelo.

Para ser recibido a examen era preciso haber practicado el arte de sangrador flebotomiano durante al menos cuatro años bajo la tutoría de un maestro examinado, circunstancia que había de acreditar la justicia local. El examen constaba de una parte teórica y una práctica. En la primera el aspirante debía exponer sus conocimientos sobre la anatomía vascular y los procedimientos más rutinarios del arte: del conocimiento de las venas, cuáles y cuántas son y en qué lugares se reparten, y de los nombres de ellas y del modo de sangrar, sajar, echar ventosas, sanguijuelas, sacar dientes y muelas, mientras que en la segunda, realizada en un hospital, debía demostrar su habilidad práctica en las técnicas de las que había sido examinado.

Los derechos de examen se fijaban en media “annata”, que era el equivalente a la mitad del  salario que podía producir el empleo en un año. Otra de sus obligaciones era la asistencia gratuita a los pobres de solemnidad que no podían pagar los honorarios de un  sangrador.

Documento del mes 2017 – FEBRERO –

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VECINDARIO PLAZA MAYOR. 1718

En los archivos se conservan las fuentes primarias a las que se recurre para conocer la evolución de la sociedad en un tiempo determinado. Una de esas fuentes son los vecindarios, que nos informan de quienes eran los hombres y mujeres que poblaban las diferentes calles de la villa y de la actividad profesional que desarrollaban. A través de estos documentos, sabemos quienes eran los vecinos, sus apodos y formas de vida, así como era la ocupación de los diferentes espacios urbanos de la villa.

En el vecindario realizado en 1718, tenemos una serie de nombres y profesiones que nos interesa conocer para saber más sobre la Plaza Mayor, tradicional espacio para el mercado y las actividades festivas que, desde hacía siglos, se había convertido en el núcleo principal de la vida social y comercial de Cáceres.

En la Plaza Mayor encontramos en 1718 a personajes variopintos como el librero Domingo Jiménez, que durante décadas sería el único referente en su profesión, vender y encuadernar libros. También encontramos sagas familiares relacionadas con la medicina como el boticario José Tostado o Alonso Tostado, que había sido nombrado médico del concejo en 1707. Otros vecinos se dedican al comercio, como Francisca “La Muñoza” o María “La Peña”, herederas de los viejos mercaderes asentados en la plaza pública. Junto a estos encontramos a cacereños que tienen oficios de toda índole. Lucas Acedo que es organista, Diego Carrillo es tamboritero, dedicado a la fabricación de tamboriles. Julio “El Portugués” es albañil, José Márquez es sombrerero, Nicolás Bazo se dedica al esparto, Pedro Duro es herrador, Alejandro Clemente es lacayo y José de Córdoba dice ser primogénito.

El presente vecindario, manuscrito sobre papel de trapo, es un ejemplo de la variada información que ofrece cualquier documento histórico, en lo relativo al conocimiento del pasado y de sus gentes.